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jueves, 31 de enero de 2013

BASES DE LA EPISTEMOLOGÍA A COMIENZOS DEL SIGLO XXI



 Informe argumentativo de los alcances encontrados por Martínez (2010)
        Autores: MSc. Antonio Briceño / Msc. Jessica Márquez.

    En el siglo XX, el alto nivel de complejidad, exige, para su estudio y comprensión, un enfoque de investigación transdisciplinario, integrado y sistémico, el cual, a su vez, requiere de unas bases epistemológicas acordes con su propia y especial naturaleza, ya que se vive una transformación radical del concepto de conocimiento y del concepto de ciencia, es decir, del criterio de racionalidad científica. Ante ello Martínez (2010), hace referencia a la epistemología; la racionalidad; lo sistémico y la transdisciplinaridad indicando que será objetivo fundamental de este estudio tratar de aclarar el contenido de los términos involucrados, siguiendo no solo su etimología y la epistemología en que son usados, sino, sobre todo, la naturaleza de los procesos mentales psicológicos que están implícitos en ellos. Igualmente seguiremos la claridad del “modelo médico”: exponer, en la primera parte, lo relacionado con el diagnóstico de la situación actual y, después, en la segunda, aquellas sugerencias y propuestas que pudieran constituir una terapia epistemológica para tal situación.
     Afirmando que durante los últimos 20 años, la Unesco, como Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura, insiste y nos  alerta sobre una serie de ideas de máxima relevancia (Ciret-Unesco, 1997, 2000; Unesco, 1998). Entre esas ideas están las siguientes afirmaciones: los países en desarrollo solo lo alcanzarán con una calificada y competente preparación de sus profesionales, la desorientación de la universidad es un fenómeno mundial, los cambios mundiales tienen un ritmo acelerado, La lógica positivista y pensamiento único generan pobreza,-— No podemos seguir parcelando el saber; necesitamos un enfoque transdisciplinario, lo urgente una visión transnacional, transcultural, transpolítica y transreligiosa, el adoptar un paradigma sistémico para entender la complejidad y la necesidad de rehacer los planes de estudio.
  Así mismo, menciona que el diálogo como método es imprescindible refiriendo a lo que  Mc-Luhan solía decir: “yo no sé quién descubrió el agua por primera vez, pero estoy seguro que no fueron los peces”. En efecto, los peces, rodeados de agua por todas partes, no la pueden ver. Tampoco nosotros podemos descubrir una realidad que damos, ingenuamente, por supuesta. Pero tenemos algo que no tienen los peces: el poder de la reflexión, que puede analizarse a sí misma.
   Por tanto hoy, sabemos que no podemos buscarle soluciones únicamente económicas a los problemas económicos, ni soluciones únicamente políticas a los problemas políticos, ni soluciones únicamente sociales a los problemas sociales, ya que como dice Whitehead, “quien conoce solamente su propia disciplina ni siquiera esa disciplina conoce”. En todos los campos se constata que la mayoría de los problemas no pueden resolverse al nivel en que vienen planteados, que su naturaleza forma como un rizoma complejo de muy variadas interacciones. Sin embargo, no somos dueños de la verdad absoluta, cuando tratamos de saber todo, el ser se vuelve como el océano, inmenso donde la profundidad en el conocimiento es muy escaza; esta posición un tanto sistémica es considerada por  Martínez (2010), cuando menciona que el pensamiento sistémico comporta, además, un cambio de la ciencia objetiva a la ciencia epistémica; es decir, se tiene en cuenta la posición personal del sujeto investigador.
   Otro punto de interés a considerar en este artículo es la necesidad de un nuevo enfoque científico, como fue observado a lo largo del siglo XX, donde se  vivió una transformación radical del concepto de conocimiento y del concepto de ciencia.  Llegando a la adopción de un nuevo concepto de la racionalidad científica, de un nuevo paradigma epistemológico. Todos, unos tras otros, fueron manifestando su insatisfacción con la racionalidad lineal, unidireccional, y viendo, poco a poco, la necesidad de reemplazar el modelo axiomático de pensar, razonar y demostrar, con su ideal puro lógico-formal o lógico-matemático, con una lógica que diera cabida a la auténtica y más empírica realidad del mundo en que vivimos y con el que interactuamos, de un mundo donde existen inconsistencias reales, incoherencias lógicas y hasta contradicciones conceptuales.
     De esta manera, el problema principal que enfrenta actualmente la investigación y su metodología tiene un fondo esencialmente epistemológico, pues gira en torno al concepto de conocimiento y de ciencia y la respetabilidad científica de sus productos: el conocimiento de la verdad y de las leyes de la naturaleza. De aquí, la aparición, sobre todo en la segunda parte del siglo XX, de las corrientes posmodernistas, las posestructuralistas, el construccionismo, el desconstruccionismo, la Teoría crítica, el análisis del discurso, la desmetaforización del discurso y, en general, los planteamientos que formula la Teoría del conocimiento.
     En este orden Martínez (2010), dice que el  objetivo fundamental, será clarificar e ilustrar que el problema reside en el concepto restrictivo de cientificidad adoptado, especialmente en las ciencias humanas, que mutila la legitimidad y derecho a existir de una gran riqueza de la dotación más típicamente humana, como los procesos que se asientan en el uso de la libertad y de la creatividad.
De este modo el conocimiento y sus procesos mentales; según la psicología del pensamiento, nuestra mente puede realizar una percepción y su consiguiente conocimiento de la realidad de tres formas: 1) centrándose en un elemento o parte de la misma (por ejemplo, el ojo, la nariz de un rostro), 2) captando todo el rostro (el sistema que forman todos sus elementos), y 3) percibiendo la esencia como concepto universal de lo que es la fisonomía del ser humano. Es esta última realidad la que busca la ciencia; es este concepto de lo esencial el que fundamenta el progreso y la cultura de las civilizaciones, y a su búsqueda se dedica toda investigación, digna de tal nombre, elaborando síntesis teóricas de las realidades que estudia, ya sea por medio de analogías y metáforas o, también, creando modelos o, incluso, verdaderas teorías.
       Finaliza el autor en su disertación que la importancia que tiene el clarificar e ilustrar que el problema en la mayoría de las controversias académicas reside en el concepto restrictivo de “cientificidad” adoptado, especialmente en las ciencias humanas, que mutila la legitimidad y derecho a existir de una gran riqueza de la dotación más típicamente humana, como los procesos que se asientan en el uso de la libertad y de la creatividad. Es por esto que la unión de estos dos procesos investigativos han exigido el desplazamiento de su ubicación en la continua ciencia-arte.

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