FELICITACIONES A LAS DIFERENTES COMISIONES POR UNA EXCELENTE LABOR CUMPLIDA...

martes, 12 de febrero de 2013

 

ANÁLISIS REFLEXIVO Y CRÍTICO DE LA ENTREVISTA:

André Compte-Sponville

                                                         Peña Ana Iris.  C.I. 13.501.952
                                                                                                            Vegas Raúl.     C.I. 11.715.271
En primer lugar  el señor André Compte-Sponville, es un  pensador de gran relevancia del siglo XX,  y tiene una gama de creaciones intelectuales que lo llevan a profundizar sobre la economía de mercado para la organización y asignación de la producción y el consumo de bienes y servicios que surge del juego entre la oferta y la demanda en una situación de competencia imperfecta, lo que requiere una determinada participación del Estado para corregir ó mejorar los efectos negativos de externalidades y fallos del mercado, para garantizar un acceso general mínimo a ciertos bienes y servicios que favorezcan a todos los ciudadanos.

     Al mismo tiempo el entrevistado hace una serie de recomendaciones en las lecturas de sus escritos principalmente lo que lo lleva a filosofar sobre el “El alma del ateísmo” donde le surge una gran necesidad de hablar sobre la espiritualidad y la circunstancia que se presentan en el momento que si hay una vida después de la muerte o acaso no hay nada después de la vida, donde hace algunas comparaciones entre el fanatismo, el integrismo, el oscurantismo y el nihilismo, los ve como formas negativas que amenazan la sociedad en forma simétrica.

     Ahora bien, él expresa una descripción común del nihilismo, pero engañosa, es la creencia en nada. En cambio, una mucho más útil sería sustituir la “fe” por creencia, donde fe es definida como la firme creencia en algo para lo cual no hay ninguna prueba. Entonces, una definición de nihilismo puede ser el rechazo de aquello que requiere fe para la salvación o la realización, y abarcaría cualquier cosa desde la teología hasta la ideología secular. Dentro del nihilismo la fe y los valores similares son descartados porque no tienen ninguna sustancia objetiva y absoluta, no son válidos y sólo sirven como otra mentira explotable que no produce ningún resultado benéfico y lo ve como alguien al que no le interesa nada más que su pequeña trivialidad, sea el sexo, el dinero y el lujo.

     Fundamentalmente el nihilismo es escepticismo acoplado con reducción, pero en la realidad práctica toma más de una faceta, lo que a menudo lleva a una confusión en las definiciones. En el sentido más general, el nihilismo tiene dos clasificaciones, la primera es pasiva y por lo general se refiere al término existencial o social, y la segunda es activa y es llamada nihilismo político. El Nihilismo no es la total carencia de valores para crear un entorno castrado del bien y del mal, arriba o abajo, ya que estas son situaciones absurdas, de verdad que las situaciones idealistas son metas tanto imposibles como peligrosamente engañosas como para llevarse a cabo. Desdichadamente algunos nihilistas quedan atrapados en este opaco laberinto de la ética y la moralidad. Otros saltan con la cabeza por delante hacia las fauces como demostración de una supuesta destreza mental, que explica la efervescencia del nihilismo existencial entre ciertos académicos y ciertos átomos de fantasía aislados, el nihilismo es la destrucción de la filosofía más no la ampliación de esta.

     Con respecto a: “La moral es a la civilización lo que los genes a la biología”, Compte afirma aquí su no creencia en Dios, pero explica que no es necesario creer en dios para estar ligado a los valores morales que perfeccionan al hombre en lo más íntimo de su ser, haciéndolo más humano, con mayor calidad como persona. Al mismo tiempo explica el laicismo como una postura que garantiza la libertad de conciencia además de la no imposición de las normas y valores morales particulares de alguna religión o de la irreligión. El laicismo persigue la secularización del Estado y lo ve como una forma de fanatismo. También explica que con las crisis religiosas existentes podrían resucitar el anticlericalismo, siendo un absurdo basarse en esto para declararle la guerra a la religión ya que el hecho no es si creer o no en Dios el problema está fanatismo y el nihilismo.

      Mientras que él se declara materialista, racionalista y humanista, da una ilustración de que es ser materialista, que es una corriente filosófica que en oposición al idealismo, resuelve el problema cardinal o fundamental de la filosofía acerca de la relación entre el pensar y el ser, entre el espíritu y la naturaleza, postulando que, la materia es lo primario y la conciencia y el pensamiento, son consecuencia de ésta, a partir de un estado altamente organizado y se considera humanista convencido de que, dado que no existe un Dios, la humanidad es lo más preciado que tenemos y hay que preservarla a pesar de sus debilidades.

     Cuando se refiere al sentimiento oceánico él manifiesta que fue una experiencia trascendente que tuvo en un bosque, lo utiliza para describir experiencias místicas, lo que definen los psicólogos como un estado modificado de la conciencia, cuando el habla de sentimiento oceánico es una sensación de misterio que tiene lugar en el encuentro con un ente superior y sentimiento oceánico porque somos uno con todo.

     Luego el recuerda algunos de sus compañeros como el caso de Louis Althusser con sus influencias marxistas, como lo fue Nikos Poulantzas, recordó también a  Althusser como amigo, su principal mérito fue intentar explorar lo que resultó ser un punto muerto, tomarse totalmente en serio la idea de que el marxismo era una ciencia y que a partir de él se podía elaborar una filosofía.

     Al preguntarle cómo se define, en cuanto a posición política, responde de izquierdas porque he llegado a la conclusión de que el objetivo de la política es ayudar a los más débiles, a los más desfavorecidos; pero liberal, porque incluso para los más pobres, la economía de mercado es más favorable. Ahora bien, no se puede contar con el mercado para que haga justicia: es el Estado el que tiene que regular el mercado para conseguir que los más pobres también tengan su oportunidad, lo que se puede denominar equidad y justicia social. En su libro ‘La felicidad, desesperadamente’ defiende que para ser feliz es mejor desear únicamente lo que depende de nosotros mismos. Los estoicos distinguían entre lo que depende de nosotros y lo que no. Y es mejor desear aquello que depende de nosotros, porque en ese caso querer significa actuar, que desear aquello que no depende de nosotros, porque entonces hay que contentarse con esperar.
      Se puede concluir diciendo que la vida, obras, legados y actuación de este filosofo André Compte-Sponville son extraordinarios por su preocupación en la búsqueda de una mejor sociedad y más aun cuando expresa el amor maternal que es único en la especie humana.

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