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lunes, 25 de febrero de 2013

El Conocimiento en el ser humano



                                                                     Autores: MSc. Antonio Briceño.
                                                                                                 MSc. Jéssica Márquez

¿Como el hombre conoce?

El conocimiento inicio como una interpretación del hombre y su realidad, filósofos como Parménides, Platón y Aristóteles (siglo III al VI a.c) estudiaron el conocimiento a partir de conceptos que partían de las cosas. Desde la época de Descartes en el siglo XVI, aparece el método científico el cual es aplicado para conocer. De allí que este filósofo a través de su afirmación “De lo único que estoy seguro es de que yo existo, porque estoy pensando”, llego a exponer que existe la posibilidad de la existencia del mundo y de las cosas.

En el siglo XXI, se acrecienta esta pregunta ¿Cómo el hombre conoce? con lo cual los estudiosos más críticos del pensamiento filosófico del ser humano, describen el conocer como un proceso cargado de unicidad en pro de una concepción que internamente posee cientificidad y a su vez tiene empirismo, sub-realismo y lógica.

            Muñoz y Riberola (1997) describen el conocimiento como la “capacidad de resolver un determinado conjunto de problemas con una efectividad determinada”.   Por ello, para dar respuesta a tan profunda incógnita repensar en la existencia metódica que produce un conocimiento vulgar, que no es más que aquel conocimiento que se adquiere en el quehacer, pasando de generación tras generación a través de los seres que de una forma u otra han intervenido en la formación del hombre, cargado de pragmatismo, dogmatismo y saberes vulgares que forman el otro lado del conocimiento “el conocimiento científico “ que es el que se produce con un método, que guarda cierta rigurosidad y fiabilidad, para lograr probar que esa percepción del todo en la realidad puede ser probado y validado. Es en este devenir el hombre conoce valores, formación y realiza sus metas.

¿Cómo produce el conocimiento?

 
            Para entender cómo se produce el conocimiento es relevante mencionar a Whitehead, quien expresa  “quien conoce solamente su propia disciplina ni siquiera esa disciplina conoce”, es allí donde el individuo como ser que interactúa constantemente con su entorno siente la necesidad de buscar cada día respuestas a sus inquietudes. En todos los campos se constata que la mayoría de los problemas no pueden resolverse tal como son planteados, que su naturaleza forma como un rizoma complejo de muy variadas interacciones; aunque desde una posición un tanto sistémica es abordada por Martínez (2010), cuando menciona que el pensamiento sistémico comporta, además, un cambio de la ciencia objetiva a la ciencia epistémica; es decir, se tiene en cuenta la posición personal del sujeto investigador.  En el campo de la Filosofía se ha inspirado a una buena parte de las posiciones que se mantienen dentro de la psicología para explicar la formación del conocimiento. Por otro lado, el  empirismo, el racionalismo o la filosofía crítica de Kant constituyen intentos diferentes de responder a este problema.

 
¿Cómo pone en práctica lo producido?

            El conocimiento visto desde el enfoque pedagógico lleva al individuo a apropiarse del conocimiento, esto desde el punto de vista conceptual. Para el enfoque constructivista el conocimiento no se descubre, se construye. Es en suma el conocimiento la acumulación de vivencias, producto de la conciencia. Esto trae como consecuencia que el hombre se esmere por trasmitir lo aprendido, por producir nuevos conocimientos y reforzar lo que ya conoce.

           Es habitual que personas que presencian un mismo suceso, como un accidente, hayan visto cosas distintas, y no es infrecuente que los testigos de un mismo hecho no se pongan de acuerdo. Igualmente sabemos que los alumnos no entienden las cosas como nosotros creemos enseñárselas, o tienen dificultades para aprender determinados conocimientos que a nosotros nos parecen extraordinariamente sencillos, lo cual nos muestra que entender algún fenómeno va a depender del conocimiento de cada persona. Hoy, la investigación psicológica está llena de descripciones de teorías de niños o adultos que no coinciden con lo que se les ha enseñado. Y un problema mucho más difícil de comprender es explicar cómo se forman conocimientos nuevos, que nadie ha podido enseñar porque eran desconocidos, y parece innegable que los conocimientos aumentan y están en continua evolución.
¿Qué corrientes filosóficas sustentan ese conocer, ese producir, ese proceder y ese convivir en estos tiempos históricos?

       La Filosofía se ha defendido también de la posición contraria, a la que se denomina genéricamente el "innatismo", que afirma que nuestra mente tiene conocimientos a priori o innatos sin los cuales sería imposible conocer. Así se ha sostenido que la noción de objeto, o las categorías de espacio, tiempo, causalidad, número, que resultan necesarias para organizar nuestra experiencia, son innatas.

     Pero algunos sostienen también que tenemos capacidades no aprendidas para diferenciar las personas de las cosas o para adquirir el lenguaje. Una forma de innatismo fue defendida desde comienzos de siglo por la psicología de la Gestalt, que propuso que disponemos de formas innatas para organizar nuestra percepción. Un nuevo innatismo ha surgido bajo la influencia de la obra de Chomsky, que defiende la existencia de un dispositivo innato para la adquisición del lenguaje. Muchos investigadores actuales sobre la primera infancia que estudian las capacidades humanas desde los recién nacidos también se inclinan por posiciones innatistas al descubrir en niños muy pequeños capacidades que no sospechábamos (Mehler y Dupoux, I 990).

    El empirismo se enfrenta con dificultades para explicar muchas cosas bien conocidas, como las diferencias de concepciones en individuos a los que se les enseña lo mismo, y sobre todo la producción de conocimientos nuevos.  Otras corrientes filosóficas consideradas son el Realismo el cual considera que “Existen las cosas independientemente de la conciencia que las conoce” (Aristóteles, Descartes, Locke, Hobbes). El Idealismo que expresa que “No se dan las cosas independientemente de la conciencia” (Berkeley, Fichte, Hegel) y la corriente fenomenológico que considera la “imposibilidad del conocimiento de las cosas tal como son en sí mismas, las conocemos como se nos aparecen, pero no en su esencia” (Kant). Estos filósofos a partir de su análisis han tratado de explicar cómo se logra establecer un nuevo conocimiento de las cosas, que directa o indirectamente influye sobre el sistema donde se desarrolla el proceso de investigación que genera este conocimiento objetivo o subjetivo del entorno.

 ¿Cuál es el abordaje ontológico, epistemológico, teleológico, axiológico, praxiológico y metodológico que asume en escenarios académicos ávidos de reflexión, acción y replanteamientos sociales, educativos y actitudinales ante la vida?

      Según Gurd (2007) el nivel ontológico – axiológico permite “establecer la forma y la naturaleza de la realidad, visión de mundo, de sociedad y ser humano, institución, carrera, programa, proyecto, fenómeno o situación por investigar”. En este sentido, el nivel epistemológico es aquel que “establece la relación entre quien investiga y lo que es investigado”, sobre este nivel descansa entonces el nivel metodológico, en el que “se puntualiza la forma de obtener el conocimiento sobre la situación investigada”.

Gurd (2007) además establece que los supuestos ontológicos se refieren “a la realidad investigada, a la creencia que mantiene el investigador (a) con respecto a la realidad que investiga”. En este nivel las apreciaciones del investigador (a) están altamente vinculados con los valores y la ética que este maneja, con la visión del mundo, el concepto de realidad-realidades, su dinámica y complejidad, todo esto aunado al tipo de problema abordado y la forma en que se trata de dar respuesta al problema investigado. Puede nombrarse como el estudio del ser en tanto lo qué es y cómo es. La ontología define al ser y establece las categorías fundamentales de las cosas a partir del estudio de sus propiedades, sistemas y estructuras.

En cuanto a los supuestos epistemológicos, Aristóteles considera que es “ciencia y tiene por objeto conocer las cosas en su esencia y en sus causas”. Por consiguiente el conocimiento es desde este punto de vista el producto del intercambio del individuo con el medio en el que este se desarrolla. En este proceder se hace presente la relación sujeto-objeto, lo cual permite al investigador (a) penetrar en la esencia de lo que se está investigando, puede darse de manera objetiva o subjetiva, dependiendo del punto de vista del investigador (a). Aquí se estudia cómo se genera y se valida el conocimiento de las ciencias. Su función es analizar los preceptos que se emplean para justificar los datos científicos, considerando los factores sociales, psicológicos y hasta históricos que entran en juego. En ese sentido, podemos establecer de manera más clara aún que la epistemología de lo que se encarga es de abordar la filosofía y el conocimiento a través de la respuesta a diversas preguntas de vital importancia como las siguientes: ¿qué es el conocimiento?, ¿cómo llevamos a cabo los seres humanos el razonamiento? o ¿cómo comprobamos que lo que hemos entendido es verdad?

Los fundamentos metodológicos, considerando lo descrito por Gurd (2007) establecen “los procedimientos,  identificación y selección de las fuentes donde se obtiene la información que se busca, las técnicas e instrumentos de recolección y análisis de los datos”. Todo esto guarda estricta relación con los fundamentos ontológicos y epistemológicos, lo cual permite que se establezca una relación lógica y armónica. La metodología hace referencia al conjunto de procedimientos racionales utilizados para alcanzar una gama de objetivos que rigen en una investigación científica.

        Considerando en los escenarios académicos el enfoque Teleológico, debemos disgregar la palabra y considerar que esta proviene de los dos términos griegos Télos (fin, meta, propósito) y Lógos (razón, explicación). Así pues, teleología puede ser traducido como “razón de algo en función de su fin”, o “la explicación que se sirve de propósitos o fines”. Un proceso teleológico significa dos cosas fundamentalmente: a) que no se trata de un suceso o proceso aleatorio, o que la forma actual de una totalidad o estructura no es (o ha sido) el resultado de sucesos o procesos aleatorios; b) que existe una meta, fin o propósito, inminente o trascendente al propio suceso, que constituye su razón, explicación o sentido.

       En cuanto a lo Axiológico o teoría general de los valores, es una ciencia muy de moda en la primera mitad del siglo XX, plantea el estudio de los valores propios del individuo y su influencia sobre los cambios de carácter social, la importancia de la integración de los miembros que conforman la sociedad, y su participación en la solución de problemas comunes.

      La dimensión Praxiológica, tiene su atención en el individuo, en el impulso de quien efectiva e indudablemente, actúa (individualismo metodológico), sacando de este estudio axiomas o principios elementales, sólidos e inmutables, con los cuales entender y analizar el proceso del accionar humano. Su análisis parte de las apreciaciones y aspiraciones del consumidor, quien opera basándose en su propia y siempre mudable escala de valores, las cuales combinadas y entrelazadas generan el total de la oferta y la demanda.

Todas estas teorías y dimensiones le han permitido al ser humano trascender en diversas épocas en las cuales este se apropia del conocimiento, consiguiendo su superación a través del tiempo y trazándose nuevas metas en esa constante búsqueda de explicación de los fenómenos que le rodean.

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