EL SABER Y CONOCIMIENTO
¿Cómo
el hombre conoce? ¿Cómo produce conocimiento? ¿Cómo aplica el conocimiento?
¿Qué corrientes filosóficas lo sustentan? ¿Cómo es el abordaje ontológico,
epistemológico, axiológico, praxiológico y metodológico que se asume en los
escenarios académicos?
El hombre conoce a través de una interacción
sensorial (visual, auditiva, olfativa) con nuestro mundo interno de valores,
intereses, creencias y sentimientos.
La palabra
conocimiento se refiere a la acción de conocer. Con el correr del tiempo
el hombre se preocupó por ser conocedor y estar informado. El conocimiento fue
enfocado durante muchos siglos en el desarrollo intelectual de las personas. Su
génesis data de la antigüedad clásica donde los pensadores y filósofos tuvieron
como fin el conocimiento de la realidad total.
Platón formuló la primera teoría detallada del
conocimiento. Este también intentó profundizar la diferencia existente entre el
conocimiento y la mera opinión. El consideraba que el conocimiento implicaba más
que una opinión verdadera, mientras que la percepción genera sensaciones vagas
e inconsistentes.
Para Aristóteles el conocimiento se obtenían a partir de
un proceso de abstracción el cual era
superior a cualquier otro tipo de conocimiento y que a la vez permite derivar
conceptos a partir de objetos concretos.
La Teoría del Conocimiento como disciplina autónoma surge
con John Locke. Sin embargo el verdadero fundador de esta teoría en la
filosofía europea es Emmanuel Kant, con su principal obra la Crítica de la
Razón Pura.
En la obtención del conocimiento se advierten dos
aspectos importantes: por un lado que el principio del conocimiento es el
pensamiento humano, es decir la razón. Y
por otro lado la afirmación que el fundamento del conocimiento es la
experiencia.
Así tenemos que el Racionalismo es la doctrina
epistemológica que sostiene que la causa principal del conocimiento reside en
el pensamiento, en la razón. El racionalismo establece que el conocimiento es
tal cuando posee lógica y validez
universal. Mientras que el Empirismo precisa que la única causa del
conocimiento humano es la experiencia. Según éste el ser humano es una tabula
raza, una hoja en blanco en la que se escribe la experiencia.
Ahora bien, este conocimiento puede obtenerse a partir de
diferentes corrientes epistemológicas como el objetivismo ( el objeto determina
el sujeto), el subjetivismo (radica el conocimiento en el sujeto), el realismo
( las cosas son exactamente iguales a como las percibimos), el idealismo (no
existen cosas reales independientes de la conciencia), el fenomenalismo (afirma
que las cosas las conocemos solo en apariencia).
Todas estas corrientes anteriormente nombradas las
ubicamos en el paradigma positivista.
Donde el conocimiento se obtiene de forma parcelada, aislada y reduccionista.
Es
importante señalar que en el siglo XX se da un debilitamiento del Positivismo y
se da apertura a otras corrientes como es el constructivismo, el análisis del
discurso, el encuentro de saberes, entre otras. Todas ellas bajo un modelo
sistémico, integrado, transdisciplinario que permite apreciar el conocer, el
hacer, el ser y el convivir en el análisis de los fenómenos de la vida.
Es
pertinente recordar que el constructivismo es el enfoque que sostiene que el
individuo no es un mero producto del ambiente, sino una construcción propia que
se va produciendo día a día entre la interacción de aspectos cognoscitivos,
sociales y afectivos. El conocimiento no es una copia de la realidad sino una
construcción del ser humano que se realiza con los esquemas que ya posee, con
lo que ya construyó en su relación con el medio que lo rodea. Permitiéndole
poner en práctica lo aprendido en la
solución o explicación de fenómenos de la realidad y aceptando el
cuestionamiento. Todo esto visto desde un nivel heurístico.
En los espacios académicos se ha obligado a repensar los
diseños curriculares, incluyendo asignaturas que estén relacionadas con la
formación personal. Donde el abordaje ontológico de la realidad no debe verse
desde una dimensión lineal cuantitativa sino desde un todo. Es decir desde una
perspectiva sistémica en el que todas las partes interactúan y donde el análisis
requiere de una lógica-dialéctica admitiendo cuestionamientos con metodologías
sistémico-cualitativas, uniendo lo científico y lo tecnológico con el arte, lo
ético y lo ecológico. Dando así un nivel axiológico, praxiológico y teleológico
al conocimiento. Traduciéndose en un
conocimiento más humano.
Análisis elaborado por: Aguin Daniela
Camacho Maribel
Jáuregui Elvis
Quintero Yajaira
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